Los cartuchos de filtros de combustible de unos años atrás se caracterizan por una construcción sólida y una alta resistencia a la compresión y a los cambios de temperatura, similar a los cartuchos de filtros de aceite. Los fondos de metal y el núcleo interior están hechos de chapa perforada, y garantizan la estabilidad de la construcción y la protección del medio filtrante de la deformación. El elemento adicional de protección, a menudo aplicado, es una tapa exterior de medio filtrante hecha de papel perforado, que protege la parte superior de los pliegues de daños mecánicos, separando los pliegues y haciéndolos más rígidos. Los altos costes de reciclaje han generado la tendencia de sustitución de los modelos tradicionales por modelos "ECO", que no contienen partes metálicas.